Ayer falleció nuestro querido amigo Ra. No estaba junto a la puerta de la casa como era habitual cada mañana, esperando que alguno de nosotros abriese la puerta y mostrar su alegría por vernos, bien para compartir un paseo por la finca o para recibir su comida.
Fue Luis el primero en levantarse y le extrañó ver solo a Set, el hermano de Ra. Le silbó pero Ra no aparecía; no le dio demasiada importancia debido a la conocida inquietud de Ra, "quizás se ha ido de juerga" pensó. A los pocos minutos llegó un vecino para avisarle que el cuerpo de Ra estaba junto a la entrada de la finca y que posiblemente lo atropelló algún vehículo.
Fue un mazazo para cada uno de nosotros conforme nos levantábamos y recibíamos la noticia.
Después de enterrarle y llorarle, hicimos el análisis de lo que la situación nos estaba enseñando, ya que estamos en la escuela de la vida y sabemos que nada de lo que ocurre es "casual" y toda experiencia trae consigo una enseñanza. Es esa enseñanza la que ahora queremos compartir con vosotros.
Al aceptar el dolor, expresarlo y compartirlo, pudimos sentir cada uno, cómo llega a tener un sabor dulce, sin que por eso desaparezca el duelo. Sentimos realmente la unidad entre nosotros y con todo al expresarlo y compartirlo. La emoción entonces era tanto por el duelo de la desaparición de la forma RA, como por la consciencia de unidad que sentíamos.
Después analizamos todo lo que Ra nos ha enseñado con su actitud y terminamos dando gracias a lo Divino, a Ra e incluso al desconocido que participó en su muerte, los cuales habían hecho posible la experiencia que estábamos viviendo.
No olvidaremos fácilmente a Ra, lo echaremos de menos ya no nos acompañará en los paseos, ni nos saltará, pero al comprender cuanto nos ha enseñado, hemos dado sentido a su vida y de este modo el espíritu de los mastines, nos hace sentir también su agradecimiento inspirándonos estos versos.
Gracias querido amigo
Por irte y seguir conmigo
Por
tus cabriolas
Por
tus saltos y tus besos
Por tu
alegría constante
Por tu
apetito insaciable
Y por lamernos los pies
Y los de todo visitante
Por velar en nuestro sueño
Por esperarnos despierto
Por estar siempre contento
Por tu saber esperar
Nuestro siguiente movimiento
Como Ra te bautizamos
Tu nombre de arriba vino
Ra la
luz es en el antiguo Egipto
Luz que te trajo aquí
A la finca del camino
Llegaste un poco asustado
Junto con Set, tu hermano
Al que nos
dejas aquí
Y que hoy está apenado
Se le pasará pronto
Será aceptación, que no olvido
Miré en
su pupila y vi
Cuanto
contigo ha vivido
Al fin
y al cabo es mastín
Como
tú, perrito amigo
Así que
estás en su sangre
En él
pues tú sigues vivo
El amor
que nos dejaste
Desde
Set te sea devuelto
Si me
olvido de mi sombra
Que Set
sea su recuerdo
Y que
al amarle a él
Ame
sombra y luz a un tiempo